domingo, 16 de noviembre de 2025

El testigo

    - Lo he visto todo, agente.
    - ¿Todo? ¿A qué se refiere?
    - Todo. De verdad. La discusión, el primer golpe, la pelea. He visto el arma, y he sido testigo del asesinato. Luego he visto huir al asesino.

    El agente de policía tomaba nota en su libreta. El testigo, por su parte, crecido por la atención del policía, aumentaba la seguridad en sí mismo.

    - He intentado seguirlo, de verdad. Pero iba muy rápido. Caminé unos pasos, pero lo perdí al doblar aquella esquina.
    - Bien. ¿Algo más?
    - ¿Aún quiere más? ¡Vayan a por él, deténganlo!
    - Verá... tenemos un pequeño problema... -cortó el policía...

    El testigo enmudeció.

    - Hay otro testigo... otro testigo que dice que lo vio a usted, precisamente a usted, cometer el delito que nos está contando.
    - ¿Yo?
    - Usted.
    - Pero si yo... ¡ese supuesto testigo debe ser el asesino! ¡Habrá regresado para crear confusión, para acusarme! ¡Deténganlo!

    El policía se pasó la mano por el rostro. Resopló. La noche en la comisaría iba a ser muy larga...