viernes, 11 de abril de 2025

La cartera

     Encontró una cartera tirada en el suelo. Estaba allí, olvidada en una esquina, en la confluencia de dos avenidas por las que nunca había pasado anteriormente. Miró a un lado y a otro, pero no vio a ningún posible propietario del objeto. Debía de habérsele caído a alguien, tal vez volviera a por ella...

    Con cierta cautela y un sutil sentimiento de culpa la recogió. Sintió como si se estuviera apropiando de algo ajeno, invadiendo la intimidad y violando la propiedad de alguien. Observó con detenimiento y palpó su forrado en piel, su cierre. Nunca había visto una cartera así. Debía de ser cara.

    La abrió y comenzó a rebuscar en los distintos bolsillos, a ver si daba con un documento identificativo. Cuando dio con uno, se quedó con la boca abierta.

    Allí estaba su propio documento de identidad, el de él; también su carné de conducir, su carné de la biblioteca y hasta la tarjeta del supermercado. Aquella era su cartera, pero nunca la había visto antes.

    Se llevó la mano al bolsillo del pantalón. Alguien había duplicado su documentación, tal vez para suplantar su personalidad. Menos mal que lo había descubierto. Sacó su propia cartera; esta sí, reconocible y familiar. La abrió.

    Allí había un montón de documentación de un tipo desconocido, un tipo que no era él y que no había visto en su vida. ¿Cómo había ido a para todo eso a su cartera y a su pantalón?

    Inquieto y aturdido, arrojó al suelo su cartera con la documentación del desconocido, se guardo la cartera desconocida con su documentación y salió de allí rápida y nerviosamente, con la intención de no volver por aquel barrio en mucho, mucho tiempo.