- Yo creo que mi vida sería una comedia. Bueno, en realidad, tiene momentos dramáticos, casi trágicos, pero no querría correr el riesgo de que la calificaran como "melodrama". Me gustaría que fuera una novela negra, o una de aventuras, o de misterio, pero me temo que tendré que conformarse, no sin cierto orgullo, con calificarla como novela psicológica -dijo el primero.
El segundo miró a su compañero, el que acababa de contestar, con gesto de sorpresa e incredulidad.
- ¿Y la tuya?
- Para empezar -dijo-, mi vida no es una novela. Y si alguien se decidiese a escribirla, tendría que preguntármelo primero. Y podría ser una novela bien o mal escrita, una buena o mala novela, y ello no dependería tanto de mi vida como de quién fuera el autor. Y si este -añadió, señalando al de al lado- piensa que su vida es digna de una novela, así, porque sí, más que la vida de cualquier otro, quizá es porque su cabeza está más en el género de la fantasía o en el la ciencia-ficción que en cualquier otro género.
Se hizo un silencio incómodo. Todos, desde los que preguntaban a los que respondían, estaban, probablemente, pensando en cómo enfocarían sus propias vidas, por más insulsas que fueran, desde el punto de vista literario.
lunes, 6 de octubre de 2025