jueves, 27 de septiembre de 2007

La superdecadencia

El superhéroe salió preocupado de su visita al médico. Siempre le pasaba lo mismo. Bueno, siempre no, sólo desde que, hace unos años, le recomendaron acudir al centro de salud con periodicidad.
El doctor había sido tajante: "Tiene que cuidarse". Tenía el colesterol por las nubes, la ciática no le daba respiro y le molestaba la rodilla. "Comida equilibrada, ejercicio moderado y nada, repito, nada de actividades extraordinarias", había dicho.
¿Pero cómo iba a salvar el mundo en tales circunstancias? Si le desaconsejaban volar, levantar grandes pesos, correr a gran velocidad, ¿cómo iba a enfrentarse a sus archienemigos? La verdad es que estos ya estaban también algo deteriorados. El Dr. Sombra, por ejemplo, andaba fatal de la próstata, y Cerebro andaba recluido en no sé qué centro psiquiátrico.
¿Sería el momento de dejar paso a superhéroes más jóvenes y aguerridos? Con este panorama, no era de extrañar que su chica estuviera a punto de solicitar el superdivorcio...