Pues no, Eva no tomó del fruto prohibido. Es buena chica esta Eva, piadosa y desprendida. No cayó en la tentación, y la serpiente huyó llevándose con ella sus inquinas y malos deseos.
Aún seguimos en el paraíso. Ha pasado mucho tiempo, aunque es difícil contrastar eso en un lugar creado sobre la atemporalidad. Ahora nos hemos reproducido, Eva y yo, y ya somos varios miles aquí, en el Edén. Desde luego, hay poco que hacer. Las facilidades son tantas y las tentaciones tan escasas que hemos caído en el sopor más absoluto.
Ante la falta de motivaciones, me dedico a perseguir a las chicas que pululan por los jardines y a fornicar con ellas. No puedo evitar pensar que, en el fondo, se trata de mis propias hijas y nietas, y que estoy sucumbiendo a manos del incesto, pero qué más da, en el fondo. En cualquier caso, no tomé del fruto, así que no distingo el Bien del Mal. Mi conciencia está tranquila.
Tampoco Eva se enfada. Es buena chica esta Eva, tan sumisa. Ella es feliz. De hecho, aquí todos son felices, con esa felicidad que da la ignorancia idiota. Odio a la gente así, a los que dicen que "la felicidad es conformarse con lo que uno tiene" o "yo soy feliz aunque no tenga nada". Mentiras. Se engañan a sí mismos. El hombre siempre aspira a algo que no tiene. Si no, siempre seríamos igual de estúpidos. Quien habla así es porque en la vida ha sido poco ambicioso, o excesivamente conformista. En cualquier caso, peca de desidia, de pereza.
Esto es un desastre. Me voy a los árboles prohibidos y tomo un fruto de cada uno de ellos. Uno, del Árbol de la Ciencia; otro, del Árbol de la Vida. Les doy sendos mordiscos y, en un principio, no pasa nada. Sé que voy a ser expulsado del paraíso, así que me dirijo a la salida por mi propio pie. Esto es una mierda, así que antes de que me echen, me voy yo solo.
En la puerta no hay nadie. Ni ángeles, ni arcángeles, ni serafines, ni querubines, ni voces de ultratumba, ni espadas de fuego. Parece que la salida es mucho más fácil que la entrada. Como en todos los garitos. Dónde se habrá metido Lucifer y sus colegas prometeicos. Hace tiempo que no aparecen, seguro que se lo están pasando en grande.