lunes, 8 de enero de 2007

Universos coralinos

Se sumergió hasta rozarlos levemente con sus dedos. Montañas de coral, acumulado en valles, ascendiendo por las escarpadas rocas del pie del acantilado, toda una orografía de luces y matices cromáticos.
A su alrededor nadaba una infinidad de peces multicolor. Le observaban con atención y cierta extrañeza, y se retorcían en escorzos como ofrenda de bienvenida. Sus frágiles escamas reflejaban, como estrellas titilantes, los rayos del sol que, atrevidos, cruzaban la superficie marina y su aproximaban a ellos.
Deseó permanecer en aquel entorno eternamente. Vio un pequeño cangrejo deslizarse ágilmente por una estrecha grieta, y decidió acercarse a conversar con él.
Apenas se dio cuenta de que necesitaba respirar. A medida que el oxígeno comenzaba a faltarle y una paz extática se apoderaba de él, a medida que notaba como sus pulmones se llenaban de agua y la vida se le extinguía, levantó la mano. También lo hizo el cangrejo, para devolverle el saludo.