jueves, 28 de junio de 2007

Los servidores de Satán

¿Acaso creen que el diablo ha bajado los brazos? Ni mucho menos. Sólo ha cambiado de táctica. Sus servidores están por todas partes, y su número se acrecienta en progresión geométrica. Tan sólo tenemos que fijarnos un poco en la gente que nos rodea, en nuestros compañeros de trabajo, en el camarero que cada mañana nos pone el café demasiado caliente, en el cartero que siempre nos visita cuando no estamos, en el alcalde de nuestro pueblo. Echen un vistazo a su alrededor y verán que el Infierno no está tan lejos como imaginamos.
Otra cosa es que terminemos por acostumbrarnos a las temperaturas elevadas y a las microtorturas cotidianas, que las prefiramos frente al asueto y la mojigatería celestiales.
De hecho creo que el vecino de al lado es uno de sus lacayos. Lo he reconocido por las patas de cabra, y por esas protuberancias en la frente, y por ese inconfundible olor a azufre que deja en el ascensor cada vez que lo utiliza...