sábado, 18 de agosto de 2007

Páginas que vuelan como pájaros

Arrojo al abismo todo lo que había escrito. Cuatrocientas páginas, quinientas tal vez, todo un mundo de aventuras, de experiencias, de personajes que aparecían y desaparecían y de las reflexiones de todos ellos. Miles de líneas, en definitiva, tan reales como la vida misma.
Las arrojo al abismo. Tal vez allí el viento las volviera a unir en un remolino que les diera sentido y conformara aquella novela que él ya nunca escribiría. Tal vez alguien las encontrara, aquellas páginas arrojadas para no volver a ser descubiertas, y les devolviera la vida.
Aquel que las encontrara descubriría, del mismo modo, a su autor. Lo descubriría entre sus páginas, lo descubriría tras cada palabra, tras cada apreciación, lo descubriría, inerte, en el fondo del abismo al que se lanzó en busca de su novela perdida.