domingo, 25 de diciembre de 2011

Crónica del más allá. 2.- Buscar

     Te preguntas qué te ha sucedido, por qué has llegado allí, por qué estás muerto, hasta que decides que esas son cuestiones sin importancia, que lo que de verdad importa es saber qué hacer en el futuro, si lo que te espera en aquel lugar puede llamarse "futuro". Puedes acurrucarte en una esquina y llorar y lamentar tu suerte, y gemir y no pensar en nada que no sea tu desgracia, pero comienzas a intuir que tu situación puede durar una eternidad, y una eternidad es demasiado tiempo para pasarla llorando; puede salir a buscar a alguien, a otros muertos, a espíritus, o ya no sabes muy bien cómo llamarlos, cómo llamarte... pero ya exploraste parte de aquel mundo al que has sido transportado... parece deshabitado...
     Imaginas un mundo solo para ti, un mundo solo para cada muerto, un entorno similar al de tu vida pero sin gente por las calles, sin vida, sin seres queridos esperándote al otro lado de la luz... un mundo muerto para un alma muerta.
     Tal vez camines sin rumbo y, de repente, un destello te llame la atención; tal vez oigas a lo lejos un ruido que, en la quietud total en la que te encuentras sumido, retumba como un trueno. Tal vez tengas una intuición, una corazonada, una precognición, y llegues a la conclusión de que ese mundo tuyo está en conexión con el otro mundo, con el mundo de los vivos. Tal vez concibas los destellos que surgen de vez en cuando como puertas de comunicación con aquellos que convivieron contigo.
     Puede ser que entonces, quizás, y solo quizás, encuentres ese objetivo que se te escapaba. No es exactamente "tener un objetivo en la vida", sino más bien "tener un objetivo en la muerte". Tal vez buscando los destellos puedas, desde el más allá, volver al mundo de los vivos, y comunicarte con ellos...
     Tal vez decidas dedicarte a ello, por consiguiente, en cuerpo y alma, en ese cuerpo que posiblemente ya no tengas y en esa alma que apenas puedes reconocer...