jueves, 8 de agosto de 2024

Perfect Days

    El rayo de sol que entra por la ventana; el silencio; una rama que se agita por el viento y deja caer una hoja; dos acordes musicales; el gesto de una persona querida; la armonía de los edificios que crecen al otro lado de la ventana; una frase divertida; tu propia circulación sanguínea, las inspiraciones y expiraciones...

    Decidió que disfrutaría de las pequeñas cosas, que buscaría en ellas el placer que, habitualmente, le pasaba inadvertido.

    Así que, en momentos de incertidumbre, buscaba una pequeña razón a la que aferrarse. Siempre había una razón a la que aferrarse.

    No mucho tiempo después las pequeñas cosas comenzaron a aburrirlo. Eran demasiado pequeñas. Se preguntó si tal vez estaba necesitando mayores emociones. Pero las mayores emociones corren el riesgo de desembocar en los mayores contratiempos...

    Decidió, finalmente, disfrutar de las pequeñas cosas, y gozar con el aburrimiento que le provocaban. Y se sintió feliz.