jueves, 20 de febrero de 2025

Investigación

    - ¿Y usted qué cree que ha pasado?

    El agente miró a su ayudante. Luego miró la habitación. El cadáver yacía en decúbito prono, con las piernas abiertas y las manos atadas a la espalda. Un certero disparo en la nuca le había reventado el cráneo, tiñendo la pared sobre la que se apoyaba la cabecera con chorros de sangre aparentemente aleatorios, pero que, si se miraban con atención, mostraban una composición particular.

    Como si Jackson Pollock hubiera decidido reflejar su rabia con chorros de sangre y trozos de seso sobre el muro del dormitorio.

    El olor a sangre era tan intenso que alguien habían decidido abrir la ventana para airear la habitación, con la consecuencia de que vaharadas de aire cálido penetraban inclementes, trayendo moscas que, soliviantadas por la presencia de la sangre, comenzaban ya a molestar.

    - ¿Tú que crees? -le contestó a su ayudante.
    - Un crimen, ¿no? -respondió este, tras pensárselo unos instantes.
    - Te veo lúcido, chaval... tienes futuro en esto.

    El ayudante sonrió, orgulloso.