lunes, 24 de febrero de 2025

Media vida

     Media vida esperando ese momento. Cuántos recuerdos, cuántas ilusiones. Se visualizaba de pequeño, los ojos vidriosos, sabiendo que el momento llegaría, que era cuestión de constancia, y de paciencia.

     A medida que fue creciendo la vida le fue llevando por distintos caminos, por senderos ocultos y, en ocasiones, inesperados. Pero él siempre mantuvo la firme convicción de que aquel momento llegaría.

     Lo intuyó, finalmente, con la suficiente antelación como para soñar, para volver a la infancia y rememorar la inocencia y las ansias por conseguirlo.

     Cuando supo que lo tenía delante, que el momento había llegado, contuvo la respiración.

     Un instante después, el momento había pasado.

     Se palpó a sí mismo, comprobando su propia realidad. El tan ansiado momento había llegado. Y había pasado como si nada. Ni siquiera fue consciente de estar viviendo algo especial.

    Y entonces tuvo ganas de llorar. Comprendió, muy a su pesar, que había desperdiciado una infinidad de momentos, media vida, esperando un momento en concreto que, a la postre, solo había sido eso. Un momento.