- ¿Hola? Quería realizar una reserva.
- ¿Una reserva? ¿Para qué?
- ¿Para qué? Son ustedes un hotel, ¿no?
- Sí.
- Pues eso.
- ¿Eso qué?
- Pues eso, que si tienen habitaciones.
- Claro, somos un hotel.
- Disponibles, quiero decir.
- ¡Ah, disponibles! ¡Haberlo dicho antes!
- ...
- ...
- ¿Hola?
- Sigue siendo usted, ¿verdad? ¿Por qué me vuelve a saludar?
- Es para que me conteste.
- ¿Qué quería?
- Saber si tienen habitaciones disponibles.
- ¿Quiere hacer una reserva?
- Me gustaría, sí, joder.
- No sea insolente, caballero.
- ¿Podría?
- ¿Ser insolente?
- Hacer una reserva, joder.
- Otra vez. Insolencia.
- ...
- ...
- Comenzaré de nuevo. Verá, querría hacer una reserva, si es que tienen ustedes habitaciones disponibles.
- ¿Una reserva? Para hacer una reserva tiene usted que reservar hora. Solo reservamos de 6 a 7, que es cuando está activo nuestro técnico de reservas. Él le atenderá, llegado el caso. ¿Querría reservar hora para hacer la reserva?
- ...
- ¿Sigue usted ahí?
- ...
- Vaya. Ha colgado. Qué impertinente.