domingo, 12 de mayo de 2024

Muerte por precipitación

    No tenía que estar allí. Había confundido la hora de la reunión y, además, se había perdido. No tenía que estar en aquel lugar, ni en aquel momento.
    Decidió, pues, que era momento de tranquilizarse, de respirar hondo y dejar de dar vueltas sin sentido. Miró su reloj. Tal vez lo mejor sería preguntar a alguien. Alzó la vista, pero allí no había nadie.
    Si entonces hubiera mirado al cielo, habría visto aquel objeto descendiendo directamente hacia él. Pero, claro, cuando buscas a alguien, lo buscas a ras de suelo...
    Así que el objeto le cayó encima y lo chafó como un matamoscas.
    Nunca se supo de dónde procedía. Solo trascendió que era de aspecto metálico y forma cúbica. La víctima, en cualquier caso, no preguntó más, sobre todo porque quedó añadida a los registros como la primera víctima de muerte por precipitación.
    Lo inquietante, en cualquier caso, es que no sería la última...